miércoles, 17 de noviembre de 2010

4. La insoportable levedad del ser

Hoy no haré ninguna reflexión, me parece que Milan Kundera ya lo dice suficientemente bien. Sólo dire que lamento que estas palabras no hayan surgido de mis labios o de mi lápiz.


“Si el amor debe ser inolvidable, las casualidades deben volar hacia él desde el primer momento.”


“Es posible que no seamos capaces de amar precisamente porque deseamos ser amados, porque queremos que el otro nos dé algo (amor), en lugar de aproximarnos a él sin exigencias y querer sólo su mera presencia.”


“Vivir en la verdad es no mentirse a uno mismo, ni mentir a los demás. Esto, sólo es posible en el supuesto caso de que vivamos sin público, en cuanto hay alguien que observe nuestra actuación, nos adaptamos, queriendo o sin querer, a los ojos que nos miran y ya nada de lo que hacemos es verdad. Tener público, pensar en el público, eso es vivir en la mentira.”


“Hacer el amor con una mujer y dormir con una mujer son dos pasiones no sólo distintas sino casi contradictorias. El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien.(Este deseo se produce en relación con una cantidad innumerable de mujeres), sino en el deseo de dormir junto a alguien(este deseo se produce en relación con una única mujer).”


“…Todos consideramos impensable que el amor de nuestra vida pueda ser algo leve, sin peso; creemos que nuestro amor es algo que tenía que ser; que sin él nuestra vida no sería nuestra vida. Nos parece que el propio huraño Beethoven, con su terrible melena, toca para nuestro gran amor su ‘es muss sein!’ (¡tiene que ser!) Tomás se acordaba del comentario de Teresa sobre el amigo Z. y constataba que la historia del amor de su vida no iba acompañada del sonido de ningún ‘es muss sein!’, sino más bien por el de ‘es könnte auch anders sein’: también podía haber sido de otro modo…”


"Se enfadó consigo mismo, pero luego se le ocurrió que en realidad era bastante natural que no supiera que quería: El hombre nunca puede saber que debe querer, porque vive solo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni de enmendarla en sus vidas posteriores. No existe posibilidad alguna de comprobar cual de las decisiones es la mejor, porque no existe comparación alguna. El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación. Como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo. Pero que valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es ya la vida misma? Por eso la vida parece un boceto. Pero ni un boceto es la palabra precisa, porque un boceto es siempre un borrador de algo, la preparación para un cuadro, mientras que el boceto que es nuestra vida es un boceto para nada, un borrador sin cuadro."


No hay comentarios:

Publicar un comentario